domenica 15 dicembre 2013

LOS TRES VERDADEROS

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Decía en la primera parte lo importante saber que era cierto que los reyes magos de la navidad sí existen, y es una alegría para mí hablarles de ellos, así como también de Santa Claus y demás símbolos de la época más bonita del invierno: LA NAVIDAD. REY MAGO MELCHOR El Maestro el Morya encarnó durante la época en que Jesús encarnó en la Tierra como uno de los Tres Reyes Magos de Persia, que siguieron a la Estrella de Belén junto con Kuthumi y Djwal Khul. Adorando la voluntad de Dios en la radiancia del Hijo de Dios, fue Melchor quien perfeccionó la ciencia de los cuerpos celestes y los ciclos de la astrología cósmica. Siguió con matemática precisión la estrella de la Presencia del niño hombre nacido a la Virgen María, y llevó el regalo precioso del oro – el electrodo de oro de la Mente de Dios, esa mente que habría de ser perfectamente manifestada en la conciencia universal de Cristo Jesús; el oro de el Rey de Reyes, el Príncipe de la Paz; el oro de la enseñanza de el eterno Cristos. El Hijo, que camina desde el Sol áureo de la Rectitud; oro─la vida abundante que él restauraría para todos, la ofrenda de su Madre a sus niños. LAS ENCARNACIONES DEL MAESTRO EL MORYA ABRAHAM Patriarca hebreo y progenitor de las doce tribus de Israel (c. 2000 a.c.) Judíos, Cristianos y Musulmanes están de acuerdo en colocarlo en la historia como el primero en adorar al único y verdadero Dios. Primero se llamó Abrám y luego Dios le dio el nombre de Abraham, que es tomado como “padre de una multitud de naciones”, considerado el fundador de todas las religiones, en la historia remota, vivió siempre proclamando vivir bajo la voluntad de Dios y es considerado el Padre de los Judíos y también el Padre de los árabes del Islam. Por haber sido trascendente en todas las religiones surgidas posteriormente se le ha llamado El Padre de todas las religiones. En el Viejo Testamento de la Biblia se relata esa vida del Maestro. MOISÉS El Maestro El Morya También fue Moisés, constructor del Templo de lsrael. Es muy conocida su historia con la Reina de Saba, con quien tuvo un hijo y fue tan grande su influencia espiritual en La Reina que esta regresó a su país, ahora Etiopía, y fundó el Cristianismo Ortodoxo, que sigue hasta nuestros días y tiene su propio Papa. Su hijo le sucedió en el trono y se formó una cultura de gran dignidad en ese que es el segundo país más poblado de África. Moisés es un pilar de la nación hebrea y de la religión Judía. Su vida se relata también en el Viejo Testamento de La Biblia. REY ARTURO Lord Morya fue también el legendario Rey Arturo en una vida pasada. Llegó a ser Rey por haber desencajado una espada de una piedra que estaba colocada bajo la cúpula de la actual Catedral Saint Paul de Londres. El poder que todavía conserva esta catedral es tan grande que durante la Segunda Guerra Mundial, por más que fue bombardeado Londres, el lugar de la Catedral no fue tocado por ninguna bomba. Existen fotos donde en medio del humo del bombardeo sólo la cúpula de la Catedral de Londres puede verse. El Rey Arturo fue el primer Rey de Inglaterra y estuvo asistido por un gran Maestro Ascendido que le guió y protegió desde pequeño, con el nombre de Merlín, quien era Saint Germain. Arturo fue coronado a los quince años. Fundó la Orden de los Caballeros de la Mesa Redonda, Orden de carácter esotérico relacionada con las más altas enseñanzas Cósmicas y con el Santo Grial o la Copa Sagrada donde bebió Jesús en la Última Cena. La Copa es el patrón electrónico del Maestro El Morya. SAN PATRICIO También fue Patricio Constantino, quien fue nombrado Santo, el patriarca de Irlanda aún hasta esta fecha. SIR THOMAS BECKET En el siglo XII fue el Lord Canciller de Inglaterra bajo el Rey Henry (Enrique) II. Tomás era un hombre de acción, que se deleitaba en el trabajo duro y en el debate rápido. Cuando joven, fue educado en las mejores escuelas de Europa y sirvió en la casa del Arzobispo de Canterbury, Teobaldo, quien lo presentó con el Rey y lo recomendó para la cancillería. Se decía que Becket y el rey eran de un solo corazón y una sola mente y se reconoce que la influencia del canciller era grandemente responsable de muchas de las reformas de la ley Inglesa de las cuales se le dio crédito a Henry. Sir Thomas tenía un gusto por la magnificencia y su casa familiar era considerada aún más refinada que la del propio rey. Tomó la armadura como cualquier otro hombre de pelea y encabezó batallas y se involucró en combates mano a mano. De voluntad férrea, severo y sin embargo intachable de carácter y profundamente religioso. En 1161 murió el Arzobispo Theobaldo y el Rey llamó a Becket para ocupar el cargo. Sin embargo, el canciller declinó advirtiendo al rey que tal posición les separaría en principios morales. Le dijo Sir Thomas: “Hay varias cosas que usted hace en prejuicio de los derechos de la Iglesia, que me hacen temer que usted requeriría de mí algo en lo que yo no podría estar de acuerdo.” El rey no prestó atención a ello y se apresuró a consagrar a Thomas Arzobispo en la octava de Pentecostés, 1162. Obediente al rey y en amorosa sumisión a la voluntad de Dios, Becket dejó su casa familiar y sus finezas e inició la vida de un ascético: sobre su piel usaba secretamente una fina camisa de crin. El amado arzobispo pasaba sus días dando limosnas al pobre, estudiando las escrituras sagradas, visitando la enfermería y supervisando a los monjes en su trabajo. Sirviendo como un juez eclesiástico, Thomas era rigurosamente justo. Como Arzobispo Becket había renunciado a la cancillería contra el deseo del Rey; sin embargo, como él había pronosticado, la relación entre la Iglesia y el Estado pronto devino en el quid de serios desacuerdos. Dado que en ese tiempo la Iglesia poseía grandes territorios, cuando el Rey Henry ordenó que se pagaran impuestos sobre la propiedad directamente a su propio erario—en realidad una flagrante forma de soborno— Thomas protestó. En otro asunto, un clérigo acusado de haber matado a un soldado del rey fue, de acuerdo a un una vieja ley, juzgado en una corte eclesiástica y allí fue absuelto. Surgió una controversia porque Henry Consideró al arzobispo un juez parcial. El rey se quedó enojado e insatisfecho con Thomas y convocó a un Consejo en Westminster donde los obispos, bajo la presión del Rey, a regañadientes estuvieron de acuerdo con las revolucionarias Constituciones de Clarendon, las cuales dieron ciertos “gravámenes” reales en asuntos de la Iglesia y prohibieron a los prelados salir del reino sin permiso real. Estas medidas fueron severamente dañinas a la autoridad y el prestigio de la Iglesia. Haciendo caso omiso de la nueva ley, Thomas cruzó el Canal para poner el caso ante el Papa. Torcido hacia la venganza, el rey le ordenó entregar ciertas propiedades y honores y empezó una campaña para desacreditarle y perseguirle. El Rey Luis de Francia estaba inclinado a favor de la Iglesia y aceptó el arzobispo como exilado. Mientras se sometía a sí mismo a la estricta regla Cisterciana en el monasterio de Pointigny, Thomas recibió una carta de los obispos y otros clérigos de Inglaterra deplorando su “actitud hostil” hacia el rey e implorándole ser más conciliador y perdonar. Becket respondió: “Por largo tiempo Yo he permanecido en silencio. Esperando si por ventura el Señor les inspiraría armarse de valor otra vez; si por ventura uno, al menos uno de ustedes se levantara y tomara su posición como una muralla para defender la casa de Israel, si tomara al menos la apariencia de entrar en la batalla contra aquellos que nunca cesan de atacar diariamente al ejército del Señor. Yo he esperado; ni uno solo se ha levantado. Yo he aguantado; ni uno solo ha tomado una posición. Yo he permanecido en silencio; ninguno ha hablado. Yo he disimulado; ninguno ha peleado siquiera en apariencia… Démonos prisa entonces, todos juntos, para actuar de manera que la ira de Dios descienda no sobre nosotros sino sobre los pastores negligentes y ociosos, que no se nos cuente entre los perros mudos, demasiado débiles para ladrar.” La pelea histórica había sido arrastrada por tres años cuando finalmente el Rey Luis logró poner en efecto una reconciliación parcial entre Thomas y Henry. Pero cuando el arzobispo regresó a Londres el 1 de diciembre de 1170, fue recibido con fiera hostilidad. Tres obispos que habían sido excomulgados por Thomas por desobediencia directa al Papa fueron ante Henry, quien estaba aún en Francia. En una forma de enojo, Henry gritó palabras que cuatro de sus caballeros tomaron como causa para salir hacia Inglaterra, arrestar al arzobispo mientras estaba en el santuario de la Catedral de Canterbury, y allí insultarlo y asesinarlo brutalmente. El increíble sacrilegio de asesinar a un arzobispo en su propia catedral produjo una reacción de horror en toda la cristiandad. Cuando se llevaron las noticias al rey, éste se dio cuenta de que su equivocado comentario había causado la muerte de Becket. Henry se encerró y ayunó por cuarenta días y después hizo penitencia pública en la Catedral de Canterbury. El cuerpo de Thomas Becket fue colocado en una tumba en la Catedral, y fue el foco de cientos de miles de peregrinos –inmortalizado por Chaucer en sus Leyendas de Canterbury– quienes llegaron al sepulcro, donde muchos reportaron que se hicieron milagros por la intervención de Becket. Antes de tres años Becket fue canonizado como santo y mártir. La película Becket, basada en la obra Becket, por Jean Anouilh, es la representación dramática de la vida de Thomas Becket. Y como en esa vida ejemplar del Maestro El Morya, podemos seguir asombrándonos con sus demás encarnaciones. SIR THOMAS MORE Nacido en el corazón de Londres en el año 1478, su padre fue un prominente abogado y juez, quien le dio una excelente educación. A los 18 años dejó Oxford con un vasto conocimiento de los clásicos y dedicado al estudio de la ley. El Joven Thomas era ya un amigo cercano del eminente humanista holandés Erasmus y se estaba ganando el favor del Rey Henry (Enrique) VIII, quien lo empleaba en misiones en el extranjero. También siguiendo sus intereses literarios, More fue aclamado como el primer escritor de elegancia en la prosa en inglés por su obra La Vida de Ricardo III, un documento histórico preciso el cual Shakespeare siguió en detalle literal. La profunda devoción de More a Dios le hizo considerar en n momento dado una vocación religiosa y practicar austeridades extraordinarias por cuatro años para probar su propia auto-disciplina. Sin embargo, decidió casarse y su esposa y sus cuatro hijos fueron su más grande alegría y su único confort en los días venideros. Su famosa propiedad en Chelsea albergó a la familia entera de More, incluyendo a once nietos. Al paso de los años, la “pequeña Utopía” de More, como él la llamaba frecuentemente, se convirtió en un centro de de aprendizaje y cultura asimilada por Erasmus a la “Academia de Platón” —una casa de buena voluntad a la cual llegaban los hombres más ilustres del día, incluso el propio rey, buscando consejo y confort. En Chelsea, More escribió su famosa obra titulada Utopía, una aguda exposición de la superficialidad e la vida inglesa y las imperfecciones de la ley inglesa. En 1520, Sir Thomas More fue nombrado por el Rey Enrique VIII como el Señor Canciller de Inglaterra, De él escribió Erasmus: “en asuntos serios el consejo de ningún hombre es más apreciado, y cuando el rey desea recrearse, ninguna conversación de un hombre es más alegre. Con frecuencia hay asuntos profundos e intrincados que demandan un juicio grave y prudente. More los aclara de tal manera que deja satisfechas a las dos partes.” A pesar de muchos honores y logros, More no buscó el aprecio del hombre. Permaneció sensible a las necesidades de la gente común dando caminatas diarias por las calles traseras de Londres para averiguar de las vidas de los pobres. Y aún como Señor Canciller, era su costumbre diaria entrar a la corte de los jueces en el Patio Westminster donde su padre se sentaba, para arrodillarse y pedir su bendición. Sir Thomas se dedicó a sus deberes con el mayor ardor hasta que Henry, deseoso de tener pero no teniendo un varón para heredarle su trono, declaró nulo su matrimonio con Catalina de Aragón y anunció su intención de casarse con Ana Bolena. Como su divorcio fue sin aprobación del Papa y directamente opuesto a las leyes de la iglesia, More rechazó apoyar la decisión del rey. Renunció a su oficina y se retiró a Chelsea, en donde grandemente preocupado por la herejía de la revuelta de Lutero, continuó sus escritos en defensa de la fe Católica. Sin amigos y sin oficio, More y su familia vivieron en pobreza abyecta, Sin embargo, Henry se sentía insultado por la desaprobación pública que le había hecho. El rey, por tanto, buscó difamar a More esperando con ello restaurar su imagen real. Cuando Sir Thomas claramente rehusó dar el juramento de supremacía de Henry como cabeza de la nueva Iglesia de Inglaterra, le hicieron prisionero en la terrorífica Torre de Londres. Apremiado por los abogados del rey, More rehusó incondicionalmente a negociar la posición de la iglesia pero diplomáticamente evitó una acusación directa al rey, con lo cual salvaba la vida y permanecía como testimonio de la injusticia pecadora del rey. Finalmente, sin embargo, enemigos celosos fueron azuzados por Henry para mentir contra él en la propia corte del Canciller en Westminster. Acusado y convicto de alta traición, Thomas More fue decapitado en la Colina de la Torre en 1535. Arrodillado ante el ejecutor, él dijo: “Muero como sujeto leal al rey, pero Dios es primero.” Sir Thomas More fue canonizado como Santo Tomás Moro en 1935. La película basada en la obra de Robert Bolt “Un Hombre para Todas las Épocas” (A Man for All Seasons) es la historia de la vida de Sir Thomas More. AKBAR EL GRANDE Cuando Akbar Jalal Ud-din Mohammed heredó el trono en 1556 el imperio Mogol de India del Siglo dieciséis había sido reducido efectivamente por furiosas conquistas extranjeras hasta que quedó sólo la ciudad capital, Dheli. No habiendo cumplido aún los catorce años al subir al trono, el brillante joven emperador se propuso reconquistar su reino. El fue conocido en todo el mundo como Akbar el Grande—el más poderoso de los emperadores mogoles. Caracterizaba a Akbar una tremenda resistencia física. Y contribuyo a su extraordinario éxito militar. Podía cabalgar 240 millas en veinticuatro horas para sorprender y derrotar al enemigo. Sin embargo, le tomó la mayor parte de su largo reinado (1556-1605) sujetar a la princesa rebelde del Norte de la India y asegurar la paz estableciendo fuertes gobiernos provinciales. Akbar estaba dotado de un genio para la administración. Aumentó la eficiencia del comercio construyendo carreteras, desarrollando avanzados sistemas de mercadeo e instituyendo servicios postales. En sabio interés por todas las gentes bajo su jurisdicción, Akbar abolió el odiado Jizya, el impuesto al sufragio aplicado a los no-Musulmanes, y dio a los Hindúes posiciones prominentes en el gobierno. La nueva ciudad capital, Fathepur Sikri, devino pronto en un centro cultural floreciente más grande que la ciudad de Londres en aquél tiempo. Allí Akbar combinó escolares de las sectas Musulmanas e Hindúes, Jainistas, Zoroastrianos y Jesuitas. Posteriormente construyó un ibadat khana, una “casa de adoración”, donde hombres instruidos de todas las religiones se podían reunir para discutir tanto de filosofía como de teología. Como resultado emergió una nueva fe ecléctica llamada la Din-i-Illai (Fe Divina). Akbar apoyó fuertemente el arte Indio y bajo su dirección se establecieron más de cien talleres para las artesanías. El emperador mismo gustaba de la música y la fomentaba como un medio de comunicación éntrelos Hindúes y los Musulmanes. Aun cuando era analfabeta, su biblioteca de manuscritos ilustrados era tan celebrada como la más fina colección en Europa. Al final de su reinado, la paz y la prosperidad que Akbar había traído a India fue trastornada por las intrigas de la corte y actividades subversivas de su hijo, Jahangir. Cuando éste heredó el trono, Jahangir rechazó las reformas de su padre, especialmente las de tolerancia religiosa, y el imperio rápidamente se derrumbó. El hijo de Jahangir, Sha Jahan, heredó solamente un pequeño reino revoltoso pero retuvo un gran amor por la herencia cultural de su abuelo. Como el más grande de los constructores mogoles, Shah Jahan dio a la India su más querido monumento: el Taj Mahal. THOMAS MOORE Nacido en Dublín en 1779. Un escritor prolífico tanto de prosa como de poesía, Moore llenó de gracia la tierra de Erin con su tierno amor por Dios y por el hombre. Se graduó del Trinity College en 1799 y se mudó a Londres. Siendo un hombre joven muy impresionable, con un “rápido temperamento Irlandés”, la ejecución de un cercano amigo del Colegio durante la Rebelión de los Irlandeses Unidos despertó en Moore un fervor patriótico que le dió su más grande inspiración literaria. Su estilo directo y actitud juvenil le hizo útil a la causa Británica liberal como un satírico agudo. Sus poemas servían como la caricatura de controversia política del día. Las obras más grandes de Thomas Moore incluyeron una brillante obra de arte biográfica tomada de las memorias confidenciales de Lord Byron. Sus propias Memoirs, Journal y Correspondence son un registro social invaluable de la vida en Inglaterra e Irlanda durante la primera mitad del Siglo Diecinueve. Si bien pasó la mayor parte de su vida en Inglaterra, Moore llegó a ser conocido y amado como el lírico nacional de Irlanda a través de sus Melodías Irlandesas—una colección de versos escritos para las melodías de las viejas canciones folklóricas irlandesas- La mejor recordada de estas baladas románticas es “Créeme, Si Todos Esos Atractivos Encantos Juveniles” la cual al día presente dibuja el poder de su intenso amor por la voluntad de Dios: Créeme, si todos esos atractivos encantos juveniles, A los que yo miro con tanto cariño hoy, Fueran a cambiar mañana, y a flotar en mis brazos, Como regalos de hadas, desvaneciéndose,— Tú seguirías siendo adorada, como lo eres en este momento, Deja que tu hermosura se desvanezca, como lo hará; Y alrededor de la querida ruina, cada deseo de mi corazón Se entrelazaría en sí mismo ¡aún fragante! No es mientras la belleza y la juventud sean tuyas Y tus mejillas no hayan sido profanadas por una lágrima, Que el fervor y la fe de un alma pueden conocerse, ¡Por lo que el tiempo logrará sólo hacerte más querida! No, el corazón que ha amado en verdad nunca olvida, Sino que ama verdaderamente hasta el cierre, Como el girasol que se vuelve hacia su dios, cuando se pone, Con la misma mirada que le dio cuando se levantó. MAESTRO ASCENDIDO EL MORYA. EL MAESTRO ASCENDIDO EL MORYA El Maestro El Morya es un SER del más poderoso Rayo Azul de origen mercuriano, discípulo del Elohim Hércules. Hizo su ascensión en 1888 aunque ya estaba preparado para esto desde años antes. Actualmente es el Supremo Director de todos los Gobiernos del Mundo, actividad que dirige desde el Templo de la Voluntad de Dios y la Unidad Internacional, ubicado en los planos etéricos de Darjeeling, región al Norte de la India, al pie de los Himalayas, el “Techo del Mundo”. Se conoce de su casa física cerca de Lasha, la capital del Tibet, en una región llamada Shigatsé, frente a la del Señor Kuthumi. Allí tenía un célebre piano hecho de palo de rosa que parece ser que todavía conserva y con el cual realizaba conciertos junto a un órgano que magistralmente interpretaba Lord Kuthumi desde su casa. Ambos despliegues musicales conformaban un campo de fuerza que bendecía a la humanidad con la radiación de la Voluntad y la Sabiduría Divinas. El Maestro el Morya es conocido como un estricto disciplinario que espera una acción pronta y vigorosa de sus chelas, tiene aire marcial y habla en cortas y concisas frases, como si estuviera acostumbrado a que instantáneamente se le obedezca; de hecho el credo Espiritual de su la Hermandad en Darjeeling es "¡YO PUEDO HACERLO!" La presencia del Maestro El Morya da la impresión de una fortaleza y poderío irresistible con imperiosa dignidad que mueve a profunda reverencia. Su cuerpo es de regia estirpe Rajput y mide 1,98 m. es apenas unos milímetros más bajo que el Manú Vaivaswatta; posee unos penetrantes ojos color marrón de escudriñante y poderosa mirada; usa barba partida, casi negra y sobre los hombros le cae la abundante cabellera. SU MISIÓN EN LA TIERRA Es muy claro que el Maestro El Morya vino en todas sus vidas terrenales a demostrar cómo se vive cuando se vive bajo la voluntad de Dios. Ha sido su misión en todas las culturas y épocas en que eligió vivir. El Maestro El Morya vivió siempre en la Abundancia, destacó en el desarrollo de la cultura, en la práctica de la justicia, en ser un hombre de acción y en vivir entregado a la voluntad de Dios. Dejó sembrado en cada religión correspondiente en la que participó o en la que tocó, que lo importante es seguir la voluntad de Dios. Y lo dejó claro en el corazón de los habitantes con acciones valientes que desafiaron incluso la autoridad de reyes, aún a costa de su propia vida.
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