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Prefacio
a la Reedición de Matanza de Inocentes de 1983
Hans Ruesch
INFLUENCIA DE
MATANZA DE INOCENTES
(...)
En Italia.
La publicación inicial del libro sorprendió al sistema médicofarmacéutico, de forma que pudieron publicarse muchos largos extractos en periódicos y revistas. La cuestión fue debatida en la radio, en la televisión e incluso en el Parlamento. Cuando los periódicos de Rizzoli y los programas de radio y televisión del Estado fueron silenciados, otros periódicos y locutores autónomos mantuvieron activa la atención del público.
El alcalde de Voguera, una localidad del norte de Italia, firmó una ordenanza que prohibía por primera vez la entrega de los perros de la perrera municipal a los laboratorios de experimentación “debido a la demostrada crueldad e inutilidad de tal experimentación”, y dicha ordenanza mencionaba los medicamentos indicados en el primer capítulo de Matanza como ejemplos de productos que han provocado daños a los humanos después de que las pruebas con animales indicaran que eran seguros.
Ordenanzas similares se dictaron en Milán y en cientos de localidades italianas.
La Liga Nacional Antiviviseccionista de Italia, fundada como resultado directo de la publicación de Matanza, obtuvo un éxito sin precedentes. Luigi Macoschi, presidente de la Liga, armado con el testimonio de un grupo de doctores del centro médico más grande de Italia (Careggi, Florencia), logró que se clausurase todo su laboratorio de vivisección y que 32 conocidos doctores fueran procesados por crueldad y malversación.
Fue retirada la subvención anual de 3.000 millones de liras (unos 3 millones de dólares) que recibía el laboratorio. (Con posterioridad, la experimentación se ha reanudado en el laboratorio de Careggi, pero las operaciones deben llevarse a cabo con anestesia total, y la Liga Antiviviseccionista tiene permiso para realizar inspecciones sin previo aviso en cualquier momento).
a la Reedición de Matanza de Inocentes de 1983
Hans Ruesch
INFLUENCIA DE
MATANZA DE INOCENTES
(...)
En Italia.
La publicación inicial del libro sorprendió al sistema médicofarmacéutico, de forma que pudieron publicarse muchos largos extractos en periódicos y revistas. La cuestión fue debatida en la radio, en la televisión e incluso en el Parlamento. Cuando los periódicos de Rizzoli y los programas de radio y televisión del Estado fueron silenciados, otros periódicos y locutores autónomos mantuvieron activa la atención del público.
El alcalde de Voguera, una localidad del norte de Italia, firmó una ordenanza que prohibía por primera vez la entrega de los perros de la perrera municipal a los laboratorios de experimentación “debido a la demostrada crueldad e inutilidad de tal experimentación”, y dicha ordenanza mencionaba los medicamentos indicados en el primer capítulo de Matanza como ejemplos de productos que han provocado daños a los humanos después de que las pruebas con animales indicaran que eran seguros.
Ordenanzas similares se dictaron en Milán y en cientos de localidades italianas.
La Liga Nacional Antiviviseccionista de Italia, fundada como resultado directo de la publicación de Matanza, obtuvo un éxito sin precedentes. Luigi Macoschi, presidente de la Liga, armado con el testimonio de un grupo de doctores del centro médico más grande de Italia (Careggi, Florencia), logró que se clausurase todo su laboratorio de vivisección y que 32 conocidos doctores fueran procesados por crueldad y malversación.
Fue retirada la subvención anual de 3.000 millones de liras (unos 3 millones de dólares) que recibía el laboratorio. (Con posterioridad, la experimentación se ha reanudado en el laboratorio de Careggi, pero las operaciones deben llevarse a cabo con anestesia total, y la Liga Antiviviseccionista tiene permiso para realizar inspecciones sin previo aviso en cualquier momento).
EL PRIMER LIBRO QUE DEMOSTRÓ QUE LA EXPERIMENTACIÓN CON ANIMALES ES UN FRAUDE CIENTÍFICO. The Hans Ruesch Foundation for a Medicine Without Vivisection Vivisection is the Trojan Horse by which ineffective and dangerous drugs are marketed, and toxic agents are introduced in the environment, in the food, and our lives, with official certifications of efficacy and safety which, in fact, have no scientific value. Those who fight vivisection do not reject medicine. On the contrary, they want a reliable and evidence-based medicine. Scientific Information: -http://www.hansruesch.net/indexe.html Hans Ruesch MATANZA DE INOCENTES (Título original: Slaughter of the Innocent) Traducción ampliada de Imperatrice Nuda Presente edición en castellano: © Mandala Ediciones, 2008 - www.mandalaediciones.com (II) LOS QUE NO TIENEN VOZ Anestesia para la opinión pública (89) _______________________________ ANESTESIA PARA LA OPINIÓN PÚBLICA Los viviseccionistas tuvieron que idear una manera de asegurar la perpetuación de sus actividades. Aunque el ser humano es por naturaleza el más cruel de todos los seres vivos — el único que mata no solamente para comer, sino también para conseguir vestido, adornos, por curiosidad, por vanidad, por beneficio, por deporte — también es un ser con moralidad. En consecuencia, se puede suponer que una vez que el público esté totalmente informado de la inevitable crueldad de la vivisección, la mayoría no la aceptará, y solicitará su abolición inmediata. Por lo tanto, para mantener a raya la interferencia del público, los viviseccionistas idearon el mito de la anestesia, diseñado para convencer al público de que los animales no sufren en absoluto, afirmando que sus sufrimientos son solamente invenciones fantásticas de unos pocos chiflados histéricos. En Europa, el mito de la anestesia ha alcanzado un notable grado de sofisticación debido tanto al secretismo con el que se desarrollan los experimentos como al anuncio de las leyes aparentemente “severas” que regulan la práctica de la vivisección. En la mayoría de los países, el Estado se ha visto obligado a admitir que infligir dolor a animales indefensos es inmoral. Las leyes que se han promulgado así lo demuestran. No obstante, en todos los países se elude el cumplimiento de las leyes, no solamente por el secretismo con el que se llevan a cabo los experimentos, sino también por la adición de alguna cláusula que hace que cualquier tortura sea legal. Un ejemplo es el de Italia. La legislación incluye un parágrafo con una declaración que es más estricta y alentadora que las de las legislaciones de la mayoría de los demás países. “La vivisección de perros y gatos queda prohibida como norma general”. A pesar de ello, son los perros y los gatos las principales víctimas de la vivisección en Italia. La trampa está en la expresión “como norma general”. La afirmación queda anulada inmediatamente por la cláusula que aparece a continuación: “…excepto si se considera indispensable para los experimentos de investigación científica o si no hay otros animales disponibles”. Otra ley italiana dice lo siguiente: “La vivisección solamente puede practicarse con anestesia, que tiene que ser efectiva durante toda la operación”. ¡Qué humanitaria parece esta ley, y qué útil para los vivisectores, que pueden esgrimirla contra quienes tienen objeciones contra la vivisección! Sin embargo, no esgrimen la cláusula que aparece inmediatamente después: “Exceptuando los casos en los que la anestesia sea incompatible con el propósito del experimento”. Más adelante podemos leer: “Queda prohibido utilizar para la experimentación a un animal que ya haya sido sometido a la vivisección, a no ser que sea absolutamente necesario”. ¿Y quién es el encargado de juzgar si cualquier cosa relacionada con la vivisección es necesaria o no? Los vivisectores, por supuesto, debido a su capacidad como “científicos”. Es algo equivalente a la promulgación de una ley que dijera: “Queda prohibido matar, excepto cuando el asesino lo considere absolutamente necesario”. ✖ ✖ ✖ En Gran Bretaña, se ha impuesto a los experimentadores una estipulación conocida como “Cláusula del Dolor”. Dice lo siguiente: “Si en cualquier momento de la realización de los experimentos mencionados se observa que el animal está sufriendo un dolor que o bien es severo o bien parece que puede ser duradero, y si el resultado principal del experimento ya ha sido alcanzado, se provocará la muerte del animal sin dolor inmediatamente”. Hay más de una trampa en esa frase que usan como cortina de humo. Como es habitual, nadie más que el experimentador puede decidir si “el resultado principal del experimento ya ha sido alcanzado”. Y no existe un estándar para medir ni para valorar el dolor, por lo cual lo que la víctima puede considerar “severo” puede ser minusvalorado y calificado como trivial por el experimentador, especialmente porque no es él quien sufre el dolor en cuestión. Lo mismo puede aplicarse a la expresión “parece que puede ser duradero”. Además, el adoctrinamiento viviseccionista ha producido toda una casta de pseudocientíficos que cree que la cuestión de infligir dolor (en cualquier criatura excepto en su propia persona) “no tiene ninguna relevancia en la actualidad”, tal y como ha manifestado el Profesor Robert White de Cleveland en su artículo aparecido en American Scholar, que será analizado con mayor detenimiento más adelante en este tratado. Además, como el empleo de la anestesia es incompatible con las observaciones postoperatorias, con todos los experimentos sobre el sistema nervioso, sobre el dolor, sobre la conducta, sobre el estrés, con todos losexperimentos de larga duración, con todos los que provocan una enfermedad con el pretexto de “estudiarla”, y con los experimentos de toxicidad y de eficacia preventiva de todos los medicamentos nuevos, queda claro que la anestesia raramente se aplica, ni siquiera aunque exista algún individuo compasivo entre los experimentadores. En la práctica, solamente se administra anestesia a los animales al comienzo de una operación quirúrgica seria, y principalmente para mantecomienzo de una operación quirúrgica seria, y principalmente para mantenerlo quieto. No obstante, teniendo en cuenta que los animales se encuentran totalmente inmovilizados con los aparatos de contención y amordazados o privados de sus cuerdas vocales tras sufrir una horrorosa cirugía, nadie sabe jamás por cuánto tiempo ni con qué eficacia permanecen anestesiados. De todas formas, el efecto de la anestesia es siempre de corta duración, al contrario que los dolores postoperatorios, que siempre son atroces y prolongados. En los animales pueden durar años. Solamente Gran Bretaña está obligada por ley a revelar el número y el tipo de experimentos que el gobierno autoriza. De acuerdo con las cifras publicadas por el Ministerio del Interior, de los 5.800.000 experimentos realizados con animales vivos en Gran Bretaña en 1971, más de 4.500.000 fueron realizados sin anestesia. De los animales anestesiados, la gran mayoría se recuperó del efecto de la anestesia y sufrió todos los dolores que se producen a continuación. Solamente se provocó la muerte mientras dormían a menos del 3 por ciento de los millones de animales empleados. Los viviseccionistas rechazan las estadísticas oficiales, y afirman que muchos experimentos consisten en un “simple pinchazo” y que por lo tanto naturalmente no requieren anestesia. Eso es cierto, pero el propósito de esos pinchazos es normalmente inocular algo al animal para provocarle cáncer, hidropesía epidémica, tracoma ocular, neumonía, poliomielitis, meningitis, rabia, sífilis, y otras “finuras” semejantes, para luego observar cómo el animal lentamente se consume. Se dijo con anterioridad en este libro que en la cuestión de la vivisección la exageración no solamente es innecesaria, sino que además es imposible. De hecho, incluso las cifras del Ministerio del Interior pecan de optimismo. Un anestésico verdadero provoca la pérdida total de la conciencia, la sensación y la sensibilidad, y ése es sin duda alguna el sentido con el que los legisladores querían que fuese interpretado el término “anestesia”. No obstante, en Lancet, en British Medical Journal (Revista Médica Británica) , y en otras publicaciones similares, se describen operaciones en las que los experimentadores, que supuestamente debían usar anestesia, usaron otros fármacos que no eran anestésicos. El 18 de julio de 1957, Lord Dowding, antiguo Mariscal de las Fuerzas Áereas, informó de lo siguiente en la Cámara de los Lores: “Por ejemplo, en la Universidad de Cambridge se usó anestesia con “dial” para la extracción de los ojos de los gatos”. El dial, como afirmó Lord Dowding, no es un anestésico, sino un sedante hipnótico para el insomnio. Otro sedante hipnótico, el Amytal, fue usado con perros que tenían el abdomen abierto por una operación, tal y como Lord Dowding reveló en el mismo lugar. Una de las raras inspecciones que tienen lugar en Italia demostró recientemente que los directores de algunos laboratorios de vivisección ni siquiera conocían la existencia de leyes sobre la anestesia. La actitud de los experimentadores es la misma siempre y en todas partes. Ya hace un siglo, el Dr. Emanuel Klein, un fisiólogo alemán que fue profesor en el Hospital St. Bartholomew de Londres, causó un considerable desconcierto a sus colegas británicos con sus respuestas demasiado sinceras a las preguntas de la Comisión Real encargada de la investigación de la vivisección. Todos los vivisectores que le habían precedido en el estrado habían asegurado a los investigadores que los animales o bien estaban completamente insensibles en el momento de sufrir la extirpación de los ojos, o del hígado, o del páncreas, o de la vesícula biliar, y al ser envenenados o recibir quemaduras, etc., o bien estaban eficazmente anestesiados. Klein, que había llegado hacía poco tiempo a Inglaterra, se quedó perplejo ante tanta hipocresía, y declaró en esencia lo siguiente:“Nunca uso anestesia excepto con el propósito de enseñar… Un hom-bre que lleva a cabo una investigación especial no tiene tiempo, por así decirlo, para pensar en lo que el animal puede sentir o sufrir”. (nforme de la Comisión Real, 1875, páginas 3538 - 3540). En los países donde existen leyes sobre la vivisección — diseñadas teóricamente para proteger a los animales — lo cierto es que sirven únicamente para proteger a los vivisectores, porque el secretismo imperante hace que las leyes sean prácticamente inútiles. Algunos países ni siquiera se han molestado en introducir esas leyes que sirven de cortina de humo para calmar a la opinión pública. Estados Unidos, Canadá, India, Pakistan, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda están entre ellos. De acuerdo con la ley sueca, el control de los animales de laboratorio corresponde al Consejo Veterinario Sueco, que supuestamente otorga las licencias a los experimentadores y puede realizar inspecciones, pero delega su poder en el director de cada laboratorio. En Suiza, un miembro de la comisión encargada de la inspección de los laboratorios universitarios me comunicó que las inspecciones solamente se realizan con cita previa, y que los vivisectores reciben una notificación con varios días de antelación. Cometí un gran error al preguntarle por qué la comisión no hacía visitas por sorpresa. Respondió lo siguiente con indignación: “¡No podemos tratar a los profesores universitarios como si fueran criminales!” Una estrategia interesante es la que se usa en Francia, donde la mayoría de los doctores simplemente niegan que la vivisección exista. Dicen que es cosa del pasado. Por supuesto, Francia no solamente es la cuna de la vivisección moderna y la patria del Instituto Pasteur, que es uno de los laboratorios de vivisección más activos de Europa, sino que además ha añadido una barbaridad más a la vivisección. En los bosques cercanos a Burdeos, el Ministro de Educación francés ha fundado un laboratorio especial llamado CEBAS (Centro para el Estudio Biológico de Animales Salvajes), en el que a expensas de los contribuyentes franceses, que no saben nada de ello, el Profesor R. Cavenc captura animales salvajes para someterlos a la vivisección. En una carta que me envió en 1974, ese Profesor me aseguró que todo lo hacía para “aliviar el sufrimiento humano”. Le envié una carta solicitándole detalles pero no recibí respuesta. En privado, el Profesor manifestó que si clausuraba su laboratorio muchos padres de familia se quedarían sin trabajo, y que él no podría ser tan cruel. Los franceses han recurrido a otro astuto truco: han reemplazado el término “vivisección” por el de “disección” en los libros escolares. Fuente ver acqui: -http://es.scribd.com/doc/180636655/Matanza-de-Inocentes-e-Book-20131101002802 Album decription ver acqui: -https://www.facebook.com/media/set/?set=a.661569550541106.1073741833.458303617534368&type=3Scientific Information: The Hans Ruesch Foundation For A Medicine Without Vivisection - http://www.hansruesch.net/indexe.html Main publications by Hans Ruesch on vivisection - http://www.hansruesch.net/publi_ruesch.htm(F.b) - Hans Ruesch per l'Abolizione Della Vivisezione. Ora. -https://www.facebook.com/HansRueschPerlaAbolizioneDellaVivisezioneOra?fref=ts ________________________________ La vivisección es un método fraudulento por medio del cual se comercializan fármacos ineficaces y peligrosos; y agentes nocivos que son introducidos en el medio ambiente, en nuestros alimentos y en nuestra vida cotidiana. Es un método que ha sido y es catastrófico y mortal para miles de personas, y ha cobrado y cobra la vida de millones de animales cada año. Es un método que solamente es útil a quienes consiguen dinero, fama y poder con él: la industria farmacéutica, figuras universitarias, criadores de animales, etc. La lucha por la abolición de la vivisección es una lucha por una medicina confiable, contra una metodología que es bárbara y pseudocientífica. Es una lucha política, porque existen grupos que lucran con el sufrimiento que la vivisección provoca a humanos y animales. Tales grupos (en primer lugar, pero no los únicos, las transnacionales petro-químico-farmacéuticas) tienen sus representantes en los gobiernos, en los partidos políticos, en las universidades de todo el mundo y, también, en algunas asociaciones "animalistas". Ver acqui: -http://viviseccionesfraude.blogspot.mx/p/quienes-somos.html__________________________ __________________________